jueves, 17 de julio de 2008

CAPACITACION PARA EL TRABAJO

Capacitación para el trabajo

Una de las más claras expresiones de la insuficiencia escolar, concebida por los jóvenes en el momento de aspirar a su correspondiente ingreso al mundo del Trabajo, lo constituye la necesidad de realizar cursos de capacitación. Sin subestimar la importancia que la educación formal posee para la mayoría de los jóvenes -insertos o separados del circuito escolar-, cerca del 80% (76.0% / 3.056.934) de ellos expresó la necesidad de realizar cursos de capacitación, alentados por el propósito de favorecer sus condiciones de acceso al mercado laboral o, en todo caso, de mejorar el ingreso o el cargo, por parte de aquellos que se encuentran trabajando. Esta elevada cifra de demandantes de capacitación estaría revelando, con gran precisión, la convicción existente en la actual juventud de acceder a conocimientos especialmente eficaces y de disponer de medios educativos-instrumentales para asegurar su inserción laboral o para mejorarla.
Resulta muy significativo que este tipo de demanda aparezca un tanto mayor en el grupo de los jóvenes adolescentes (77.9% / 1.660.490) que entre los jóvenes adultos (73.8% / 1.396.444), a lo cual habría que añadir el incremento de la necesidad de capacitación en más de cinco puntos estadísticos a favor de las mujeres jóvenes (78.8% / 1.552.400) respecto a los jóvenes varones (73.3% / 1.504.534). Cabe afirmar, entonces, que, si bien la disposición y propensión a la formación complementaria resulta un hecho indudable en el conjunto de la juventud, lo es en mayor grado en el grupo de las jóvenes mujeres y en el de los adolescentes, lo cual podría estar determinado por el hecho de ser éstos dos de los subgrupos juveniles con mayores dificultades para la inserción laboral. La manifiesta y generalizada necesidad de capacitación laboral en la juventud se ve seriamente contrastada, y hasta contrariada, con las cifras que indican el monto de jóvenes que, efectivamente, han accedido a este tipo de formación: mientras cerca del 80% plantea la necesidad de capacitación para el trabajo, sólo el 21.0% (848.176) declara haber realizado algún tipo de curso de capacitación. Tal significativo contraste estaría indicando, no sólo la insatisfacción de una importante demanda en, aproximadamente, el 60% de los jóvenes, sino, además, la urgente prioridad que representa para el Estado, el diseño e implementación de políticas orientadas hacia la capacitación y el empleo juvenil, tanto con la dinámica actual del mercado laboral, así como con las demandas y necesidades de los propios jóvenes.
En este sentido, resulta oportuno incorporar al análisis la considerable importancia otorgada por los jóvenes al papel del Estado en la provisión de este tipo de recurso capacitacional. Al ser indagada la expectativa de la juventud en los planos de actuación del Estado en favor de ella, cerca del 60% (53.6% / 2.158.249) expresó que, dicha actuación, mejoraría el ámbito de la Educación y la Capacitación. Ello implica que aproximadamente seis (6) de cada diez (10) jóvenes, confían en que el sector público habrá de favorecer a los jóvenes mediante oportunidades de estudio y capacitación para el trabajo. Por otra parte, al indagar en torno a distintas actividades y aficiones a los cuales los jóvenes orientarían sus preferencias en el Tiempo Libre, aparece información de gran utilidad al momento de concebir y diseñar determinados programas de capacitación juvenil, sobre todo, si se consideran las significativas diferencias por género que revelan los hallazgos.
Más de un tercio (35.7% / 1.443.384) del total de jóvenes manifestó su deseo de aprender y practicar actividades tales como servicios técnicos -reparaciones especializadas en electricidad, radio-técnica, servicio y mantenimiento de equipos, etc.- y reparaciones domésticas -plomería, carpintería, albañilería, reparaciones eléctricas simples, etc.-. Pero, mientras esta preferencia se revela en sólo el 9.7% (191.049) de los jóvenes mujeres, concentra el gusto y la aspiración del 61% (1.252.335) de los jóvenes varones. La relación por género se invierte en el caso de las actividades comúnmente denominadas manualidades -costura, bordado, artesanía, muñequería, etc.-, puesto que la preferencia asciende a 46.3% (912.555) en el sexo femenino, en tanto que desciende a un escaso 5.8% (119.856) del sexo masculino. Igualmente, se puede observar la feminización de las preferencias por desarrollar actividades como decoración y aquellas dirigidas a la estética personal tales como peluquería, manicura, estética facial, etc.. La primera fue escogida por el 23.8% (469.375) de las muchachas y sólo por un 6.7% (137.395) de los muchachos. En el caso de la segunda, si bien la cifra general es relativamente pequeña (5.2% / 210.019), de nuevo el sexo femenino (7.9% / 155.960) predomina sobre el masculino (2.6% / 54.059). Finalmente, al centrar la atención en la cifra referida a la preferencia por actividades artesanales no convencionales, tales como orfebrería, joyería, cristalería, entre otras, se observa un monto proporcionalmente pequeño, que apenas alcanza 2.2% (90.063) y que no revela diferencias significativas por género.
http://www.cinterfor.org.uy/public/

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